Qué sigue después del “sí”
Expertos catalogaron el resultado, como la ocasión en que Guatemala ha estado más cerca de resolver el diferendo con Belice.
Negociadores y expertos en el diferendo territorial, marítimo e insular que Guatemala tiene con Belice señalaron que la expresión de los guatemaltecos a favor del sí, cambia la imagen de Guatemala en el exterior y envía un mensaje de que el país desea resolver sus conflictos de forma pacífica. El ex vicepresidente, Eduardo Stein, indicó que ante los ojos de la comunidad internacional, el país siempre había tenido una mala imagen respecto a este tema, ya que económicamente y demográficamente es visto como más grande en relación a Belice.
Más allá de este mensaje, el que las mayorías votaran que “sí” quieren que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) resuelva la disputa, representa la ocasión más cercana en 159 años, que Guatemala ha estado del camino a la resolución del reclamo legal, territorial, marítimo e insular que con Belice. Ahora, solo se está a la espera de que ese país se exprese en las urnas a través de la consulta popular acordada.
Un acuerdo diplomático entre la Cancillería de Guatemala y la de Belice, el país vecino tiene hasta enero de 2019 para realizar su consulta popular, en donde a los ciudadanos de ese país se les hará la misma pregunta que los guatemaltecos respondieron ayer.
El escenario ideal
Con el “sí” de Guatemala, se espera que este mensaje tenga un impacto en la comunidad internacional y se genere una especie de “presión” hacia Belice para que también voten por el “sí”, explicó el abogado constitucionalista y excanciller, Gabriel Orellana. Con un escenario, en donde ambos países voten de esa manera, se tendrán que hacer los preparativos para el litigio en la CIJ, ubicada en La Haya en Holanda.
El expresidente y magistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC), Alejandro Maldonado Aguirre, indicó que en este proceso Guatemala debe tener “paciencia”, porque puede durar más de dos años, ya que el tiempo que se le da a las partes –los dos países– para que presenten sus pruebas es extenso, de al menos seis meses cada uno.
Orellana señaló que la Corte Internacional de Justicia ha dado pruebas de ser imparcial y que tiene un mecanismo para garantizar esto, ya que tanto Guatemala como Belice tendrán la posibilidad de tener un juez ad hoc en el Tribunal, el cual tiene como objetivo observar que el proceso jurídico se realice como imparcialidad.
El escenario que complicaría todo
Pero la posibilidad de que los beliceños voten por el “no”, o que la consulta popular no se realice, es una idea latente entre las personas que conocen del tema. Este escenario sería “el peor”, aseguró el canciller Ariel Rivera, sin embargo, considera que existen otros mecanismos que podrían permitir continuar con las negociaciones y llegar a la Corte para una solución jurídica.
Según Gabriel Orellana, uno de los principios de la Organización de Estado Americano (OEA), es que los países miembros no tengan conflictos territoriales, por lo que en este aspecto habría presión para Belice, con el objetivo que realice la consulta popular y poder llegar a la CIJ.
Por su parte, el abogado constitucionalista, Mario Fuentes Desatarac, opinó que países como Estados Unidos y México están muy interesados que este conflicto se resuelva, ya que de no hacerlo pone en peligro la seguridad de esas naciones del norte, porque la falta de certeza jurídica es un área utilizada por el crimen organizado para el trasiego de sustancias ilícitas.
Con obligación
Pero las negociaciones en torno a la disputa territorial, marítima e insular que se tiene con Belice no terminan después de la consulta popular. La Constitución de la República establece en el Artículo 19 que el “Ejecutivo queda facultado para realizar las gestiones que tiendan a resolver la situación de los derechos de Guatemala respecto a Belice, de conformidad con los intereses nacionales”. La Carta Magna manda a las autoridades guatemaltecas que cualquier acuerdo obtenido se debe someter a una consulta popular, para que los guatemaltecos decidan.