[daniloherr]

Aquí voy con una historia de los cañaverales de un ingenio azucarero, me la contó un amigo y piloto que laboró como remolcador de caña de azúcar:

En Sipacate se contratan muchos choferes para que que transporten muchas toneladas métrica de caña de azúcar, son pilotos veteranos, muy profesionales en el oficio ya que a veces manejan un cabezal con 2 o 3 remolques tumbados de caña, luego de las "rozas" la cual consiste en quemar la caña para facilitar su corte; muchos tractores se dedican a llenar los remolques. En las partes mas remotas a kilómetros de la civilización solamente los choferes mas experimentados tienen la misión de llevar la caña al ingenio, en fin un señor llamado don Pedrito de 58 años de edad tenía la tarea de ir a los lugares más remotos, el trabajó como remolcador en otros ingenios por ser muy profesional, en este último le tocó por primera vez el turno nocturno. Al adentrarse muchos kilómetros venía de regreso con el producto cuando derrepente pasó por un área en donde hay árboles, ya que los dueños de esa finca no permitieron sembrar caña, la vegetación es muy densa y es una isla en medio de los cañaverales, don Pedrito utilizó el camino de la finca como un atajo ya que le ahorraba un par de kilómetros, al atravesar la arboleda notó por el retrovisor algo extraño sobre el remolque 2 (el de en medio), no le prestó mucha atención creyendo que era una garza o cigüeña por el color blanco, más adelante al salir de los árboles escuchó una risa que hizo que la piel se le erizara y sentir la respiración agitada con un ambiente muy denso, cuando fue su sorpresa observó que en el remolque 2 había una mujer vestida completamente de blanco parada sobre el remolque de una manera muy anormal, en ese instante el supo que no era nada bueno por lo que decidió continuar y apresurar la marcha hacia el ingenio, con el sudor helado y el corazón trabajando casi al doble de su ritmo, sintió curiosidad de saber si este engendro del mal había salido de su área y por ende se había retirado del remolque, al voltear a ver por el retrovisor no había nada, se sintió mas tranquilo pero derrepente escuchó una risa perturbadora muy cerca de él, volteo la cabeza ya que el retrovisor tenía el punto ciego en el primer remolque..... ¡la mujer se había acercado mas a él!, se encontraba en el primer remolque el la observó y no tenía los pies sobre la caña, estaba flotando por unos centímetros por encima, la mujer tenía la cabeza contorsionada en una extraña posición viendo hacia arriba y la cabeza casi al revés por lo que no pudo ver el rostro, don Pedrito empezó a rezar un Padre Nuestro y la mujer pegó un espantoso grito lanzándose de cabeza del camión y se perdió en la profunda oscuridad. A este señor y a otros choferes les pasó esto varias veces por lo que muchos renunciaban antes de cumplir los 2 meses, no se si sea la Llorona, la Siguanaba o algún otro espectro o alma en pena que deambula por estos remotos lares.....