¿Cómo se mantienen los partidos políticos?
Este año será de pesca para unos.
— Méndez Vides
El proceso electoral de este año luce contrario a toda lógica, porque debido a los casos judicializados se asumiría que no participarían sino dos o tres partidos políticos, pero está sucediendo todo lo contrario.
El sistema partidario tradicional era un “negocio estacional”, porque el gasto generaba mucha riqueza que se derramaba, pero gracias a los esfuerzos de persecución política dirigida para impedirlo,
ahora el proceso promete ser un negocio mucho más atractivo y rentable, porque en lugar de reducirse la oferta, aumentó el número de partidos buscando pescar, bien sabidos que no tienen posibilidad alguna de alcanzar el poder. Son muchos los que se preparan para competir, sabiendo de antemano que están muy lejos de lograrlo, y quizá tampoco pretendan ganar, sino les basta estar en la competencia.
¿Cuánto cuesta mantener un partido político? Para apoyar una candidatura presidencial y respaldarla con alcaldes en todo el país y diputaciones, se requeriría idealmente abrir una sede en cada municipio, para reunirse y hacer planes, un pequeño salón con una mesa y sillas, en un garaje a la calle o casa, lo cual implica que el partido tendría que pagar mensualmente renta en 340 municipios más el gasto administrativo. Y habría que comprar escritorios, sillas, un aparato de teléfono, y pagar agua, luz, Internet, y contratar a un/a recepcionista, con computadora, impresora, papel, tinta y engrapadora… Y sumemos un empleado de limpieza, con trapeadores, desinfectantes, jabón, papel higiénico, y lo que cuesta el mantenimiento, la pintura, y las reparaciones imprevistas, porque se rompió una tubería o un chorro, o se incendió un archivo. Sumen y creo que a nadie le dará menos de 10 mil quetzales, por 340 municipios daría 3.4 millones al mes para existir, y si multiplicamos por doce, necesitaríamos 40.8 millones al año para empezar. Es decir, fundar un partido implica mantenerlo, y ¿cómo se financia? Porque los partidos son organizaciones no productivas, que no pueden sostenerse por sí mismos, que dependen de donativos como las obras de caridad de Fray Guillermo. Pero hoy en día, ya no se puede ni regalar una taza de café a un político sin llenar el procedimiento de donación y hacérselo saber al TSE, por lo que no creo que exista muchos interesados en apoyarlos. ¿Y, entonces, por qué habrá tantos envueltos en la jugada?
La campaña del 2019 se prevé nutrida, implicando un gasto fuerte en lo incalculable, con muchos políticos dispuestos a participar para ganar algo del dinero que fluirá del capital libre y no se gastará, venido de fuentes que no dan cuentas ni se les persigue, de la delincuencia y el narcotráfico, y por la suma que repartirá limpiamente el Estado. Este año será de pesca para unos, y angustioso para la población.