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chronos
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Respuesta: Trump: “Guatemala se está preparando a firmar un acuerdo de tercer país se

La instituciones que apoyaron en este caso, son financiadas de alguna forma por parte del gobierno (me imagino que no y por eso insisten en que no van a gastar nada )

Si Guatemala se convierte en un "paraiso" migratorio, me imagino que dentro de poco van a empezar a aparecer legiones de abogados "expertos" en migracion que se van a hacer ricos demandando al estado de Guatemala; que va a hacer el gobierno cuando esten inundados por procesos legales que van a tener que cumplir, realmente creeran que la sociedad civil se va a hacer cargo del problema y que todos los "asilados" que vengan, no van a exigir sus derechos

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Iniciado por Prensa Libre
Acuerdo de asilo con EE. UU. podría ser una figura simbólica para deportar a centroamericanos

Estados Unidos buscaría demostrar y constituir prueba de que Guatemala ya le dio cumplimiento y aceptó el Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), como parte de su legislación interna.

Por Francisco Mauricio Martínez

El envío del primer migrante hondureño bajo las reglas impuestas por Estados Unidos como parte del Acuerdo de Cooperación de Asilos (ACA), es considerado como el uso simbólico de la figura de asilo, pues en el fondo lo que se pretende es concretar una deportación escalonada, opinan expertos en el tema.

El excanciller Gabriel Orellana considera que el caso del ciudadano hondureño es un experimento puesto en práctica por el Gobierno de Donald Trump para determinar “si funcionaba”.

Orellana resaltó que lo más importante de este caso es que el mismo el gobierno estadounidense busca “demostrar y constituir prueba de que Guatemala ya le dio cumplimiento y aceptó el ACA como parte de su derecho interno. Este es el punto trascendental del caso”.

El excanciller explicó que en los casos de asilo que contempla la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) “está la posibilidad de que las personas puedan retornar a su país porque cambiaron las condiciones”, pero que obviamente este no es el caso.

Figura se emplea de manera simbólica

El experto en migraciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Marcel Arévalo, considera que en este caso “se empleó la figura de asilo de manera simbólica para iniciar el proceso” de deportaciones.

No es el caso típico de un solicitante de asilo en el ámbito de ser una víctima de violencia. Su misma disposición de regresar a Honduras evidencia que no tiene temor de regresar, aunque por supuesto, es una persona violentada desde la perspectiva económica”, agrega Arévalo.

El experto de la Flacso opina que el caso del ciudadano hondureño fue muy estudiado por quienes iniciaron el proceso. “El mensaje que quieren transmitir -los gobiernos de EE. UU. y Guatemala- es: miren no es tanto el problema, porque él, incluso, regresó a su país”.

En cuanto al uso de la figura de asilo, Arévalo dice que existen dos visiones desde la lógica de Acnur. La primera contempla las personas víctimas de una guerra, que no es el caso de la región, y la segunda es una perspectiva general de violencia que les impide vivir en sus comunidades, y porque no tienen las condiciones económicas.

José Luis González, coordinador de la Red Jesuita con Migrantes en Guatemala, asegura que el ACA no es un acuerdo de asilo porque lo único que pretende es desincentivar, desmotivar y aburrir a las personas que están solicitando refugio en EE. UU. y huyen de la violencia del Triángulo Norte.

El objetivo de Estados Unidos al firmar con Guatemala este acuerdo no es de cooperación, porque no se ven los fondos; tampoco se trata de un acuerdo porque es una imposición, lo cual se evidenció con las amenazas de aumentar los aranceles a las exportaciones y a las remesas, indica el religioso.

González dice que estos hechos simplemente constituyen una deportación escalonada porque al traer aquí a los solicitantes de asilo lo hacen para disuadirlos en un país donde siguen corriendo peligro, donde no existe ayuda humanitaria porque no tienen dónde comer y dormir y mucho menos un trabajo.

¿Guatemala cumple con requisitos para dar asilo?

La figura del asilo, según Acnur, se refiere a una práctica mediante la cual un Estado garantiza la protección, el amparo y la asistencia de aquellas personas que han huido de su país de origen por diversas razones, generalmente relacionadas con la violación de uno o varios de sus derechos fundamentales.

Aunque suele asociarse al plano netamente político, en realidad se trata de un recurso más amplio, que también engloba a quienes sufren persecución por su raza, religión, nacionalidad, pertenecer a un determinado grupo social o por sus opiniones políticas.

La petición de asilo se realiza a un segundo o tercer país que ofrezca las garantías de seguridad y protección que el Estado del que procede el solicitante no está en condiciones de brindar. Generalmente, este país realiza un estudio pormenorizado de la solicitud y, al final del proceso, emite un veredicto positivo o negativo.

La Declaración de Derechos los Humanos y la Convención de Ginebra reconocen el derecho al asilo tanto por razones políticas como humanitarias. Además dejan claro que cualquier persona puede beneficiarse de esta figura siempre y cuando cumpla con los requisitos, reiteran la obligación moral de los Estados de prestar protección y acogida a los refugiados que sean perseguidos.

Otros documentos que también reconocen el asilo como derecho son la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948), la Convención Americana de Derechos Humanos (1969), la Carta Africana sobre Derechos Humanos (1981) y la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2007).
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Iniciado por Prensa Libre
Primer experimento de asilo a migrantes evidencia falta de coordinación estatal

El Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA) carece de mecanismos de implementación por parte del gobierno de Guatemala, lo que preocupa a organizaciones de sociedad civil que debieron involucrarse en la atención del primer migrante hondureño retornado en busca de asilo, como parte del convenio firmado entre Guatemala y Estados Unidos.

Por Ana Lucía Ola

El primer experimento para recibir a migrantes centroamericanos solicitantes de asilo evidenció la falta de protocolos para implementar el Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), que fue firmado entre Guatemala y Estados Unidos.

Fue el 26 de julio pasado que el ministro de Gobernación Enrique Degenhart y Kevin MacAlleenan -secretario de Seguridad Nacional de EE. UU en ese momento- firmaron el convenio. Cuatro meses después, la llegada el jueves 21 de noviembre al país del hondureño José Ardón Montoya demostró que el Estado guatemalteco carece de los mecanismos suficientes para recibir a los migrantes que son enviados a Guatemala.

En este tipo de situaciones debe existir una coordinación y comunicación más estrecha con las instancias de gobierno”, refiere Leonel Dubón, director de la Asociación El Refugio de la Niñez, a donde fue trasladado Ardón Montoya, debido a que las autoridades del gobierno no dieron el acompañamiento necesario al caso. Fue vital que las organizaciones de sociedad civil que trabajan con migrantes se involucraran.

Aunque Degenhart refirió este lunes 25 de noviembre que en la implementación del ACA los centroamericanos que pidan el retorno voluntario a su país tendrán la protección de Migración.

Sin plan de acción

Según el diario El Heraldo de Honduras, Ardón Montoya viajó a Estados Unidos en septiembre y fue detenido por la Patrulla Fronteriza en el Paso Texas. Le hicieron firmar “una carta de deportación”.

Llegó a Guatemala el jueves 21 de noviembre en un avión proveniente de Estados Unidos, para comenzar los trámites de solicitud de asilo, sin embargo, él rechazó esa posibilidad y prefirió retornar a su país.

Las autoridades guatemaltecas eran las encargadas de poner en marcha los protocolos para cumplir con el acuerdo, sin embargo, fue la sociedad civil la que dio el acompañamiento que Ardón Montoya necesitó.

Después de su llegada a la Fuerza Aérea, donde Degenhart y la canciller Sandra Jovel dieron una conferencia de prensa. Minutos después, comenzó el proceso del traslado de Ardón Montoya a Honduras, pues rechazó el asilo en Guatemala. Recibió el acompañamiento de la Organización Internacional de las Migraciones -OIM-.

Al salir de la Fuerza Aérea, a las nueve de la mañana, la OIM llevó a Ardón Montoya al Refugio de la Niñez, donde se le dio atención psicológica, social y alimentación.

Desde hace dos años el refugio da acompañamiento a las personas que solicitan protección porque su vida corre peligro. Hasta ahora ha atendido cerca de 80 solicitudes. Pero este no era el caso de Ardón Montoya.

Según Dubón, en la entrevista con el migrante hondureño se estableció que él había viajado a Estados Unidos en busca de trabajo, pero también se sabe que fue para reunirse con su esposa y su hija.

“En todo momento dijo que no quería solicitar refugio, que su vida no corría riesgos y que su intención era regresar a su país de origen en el menor tiempo posible”, dice Dubón.

El joven no mostró interés por quedarse en Guatemala. “Quería ver a su familia, dijo que ya era demasiado cansado el haber estado detenido en Estado Unidos y lo que quería era ver a su familia”, cuenta el director ejecutivo del refugio.

Dubón explica que este no era un caso de “protección especial”, pues se trataba de un migrante irregular. Así que seis horas después de estar bajo su cargo, OIM llevó a Ardón Montoya a la Casa del Migrante.

El Gobierno no tuvo ninguna comunicación con nosotros, ni la Cancillería ni de Ministerio de Gobernación. Ni siquiera se comunicaron para preguntar ¿cómo está?, ¿podemos apoyar en algo?. Quién asumió toda la responsabilidad fue la sociedad civil”, dice el director del Refugio de la Niñez.

Labor humanitaria

El padre Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante, cuenta que como una labor humanitaria recibieron a Ardón Montoya a eso de las 9 de la noche. Llegó como un migrante más. “Cuando vino acá ya tenía el dictamen de que iba a retornar a su país”, recordó el religioso.

Tenía la mirada perdida, se le notaba deprimido y lo único que le acompañaba era la ropa que lo vestía.

“Lo percibimos un poco confundido. Creo que el procedimiento no fue bien hecho desde Estados Unidos o acá en Guatemala. No tengo certeza dónde está el fallo del proceso, pero él no sabía claramente lo que le estaba pasando”, dice el religioso.

Él sabía que lo trasladarían a un lugar con la figura de país seguro, pero no tenía claro qué era, porque a mucha gente le dicen que se trata de un lugar seguro donde puedes estar e iniciar el proceso de refugio, pero él se topó con Guatemala”, agrega Verzeletti.

El religioso refiere que en el caso de hondureños y salvadoreños, que están cerca de sus países, al conocer las “condiciones” en que se encuentra Guatemala, que no puede ofrecerles mejores oportunidades, prefieren volver a sus países. Eso fue lo que pasó con Ardón Montoya.

Allí en la Casa del Migrante le dieron comida y dónde dormir. A las seis de la mañana del sábado, OIM llegó por él para acompañarlo hasta su país.

Vezeletti no tiene claridad de cuál es el protocolo a seguir para dar cumplimiento al ACA, también desconoce si vendrán más migrantes en la misma condición que Ardón Montoya. “Son personas que vienen bajo a un mecanismo distinto al de los guatemaltecos deportados, dice.

En lo que va del año, la Casas del Migrante ha recibido a más de 9 mil indocumentados de distintos países. Lo hace con gran esfuerzo, dice el religioso, quien menciona que no pueden negarles el albergue porque como institución tiene el compromiso y la responsabilidad ética de dar protección y velar por la parte humanitaria.

Sin embargo, aclara, que si arribarán al país más migrantes buscando asilo sería difícil acoger a más de 15 personas, porque no cuentan con la infraestructura para hacerlo.

El estado de Guatemala a partir del momento en que asume el compromiso del ACA debe de revisar los procedimientos y cómo hará de ahora en adelante para implementarlo. Realmente tiene que estar abierto al diálogo con la comunidad internacional y con las organizaciones de la sociedad civil que dan apoyo directamente a migrantes y refugiados”, dice Verzeletti.

Mientras que Dubón señala que se deben encontrar espacios y momentos de diálogos para poder garantizar la protección de los migrantes de manera integral, “porque al final son seres humanos”.

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