Hablando del Liverpool, pocos apostaban por el cuadro inglés cuando arrancó la competición, pero lo cierto es que se ha ganado el derecho a pelear por la orejona a base de buen fútbol y unas cifras goleadoras de escándalo. El trío de ataque formado por Mané, Firmino y Salah se ha mostrado demoledor a la contra, y a pesar de la marcha de Coutinho en el mercado de invierno, los de Jürgen Klopp no han bajado el listón y han sido capaces de alcanzar esta gran final después de una travesía en la que eliminaron al Hoffenheim en la fase previa, finalizaron en primera posición en la fase de grupos y supieron deshacerse de Oporto, Manchester City y Roma en unas eliminatorias casi finiquitadas en los partidos de ida.
Eso sí, el gran poderío de los reds en materia anotadora dista mucho de su potencial defensivo, zona en la que sufrirán en exceso frente a la calidad de los jugadores de ataque del Real Madrid. Así, hay que tener en cuenta la eficiencia de ambos equipos en ataque y sus problemas en la zaga, lo que podría desembocar en una final repleta de ocasiones, jugadas al contraataque y un registro goleador bastante generoso