De “querido amigo” a “delincuente”: cómo en pocos meses cambió la relación entre Roberto Arzú y J. J. Rendón
Los mensajes de texto que se cruzaron en menos de un año Roberto Arzú y el estratega político venezolano Juan José Rendón, más conocido como J. J. Rendón, revelan cómo el candidato guatemalteco insistió en obtener sus servicios, pero al concretarse una demanda en su contra pasó de un trato diligente a señalamientos de “extorsionador, chantajista y delincuente”.
Por Sergio Morales Rodas
Rendón, de acuerdo con la demanda, reclama el pago de US$6 millones 160 mil —unos Q47 millones— por un acuerdo no cumplido para la prestación de servicios de la compañía JJ Rendón & Associates Strategic Creativity, LLC., para promocionar su imagen de cara a su intención de participar en política.
La sentencia que ordena la comparecencia por la fuerza de Arzú ante la justicia fue dictada por una jueza de Miami Dade en diciembre del 2018 y, según Rendón,
estará vigente durante los próximos 20 años. El documento legal se firmó en febrero del 2016.
Los mensajes de texto que se cruzaron a través de WhatsApp de febrero a julio del 2017 son parte de las pruebas que Rendón adjuntó a la demanda.
En uno de estos, con fecha 21 de febrero del 2017, Arzú dice a Rendón: “
Querido JJ, me llamó Daniela que estás por cancelar las reuniones nuestras, lamentablemente hubo un mal entendido, esta semana estarán haciendo el pago como tu bien sabes. Solo te pido que confíes en mi JAMÁS te quedaré mal, todo el equipo está listo vamos con todo”.
El mensaje de Arzú a Rendón cierra con un efusivo “abrazos querido amigo”.
Según el contrato, el compromiso era hacer un pago inicial de US$750 mil en febrero del 2016, y luego hacer amortizaciones a lo largo del año hasta completar US$5.2 millones en febrero del año siguiente.
Para el 1 de marzo del 2017 Arzú vuelve a asegurar que solucionará el pago. “
No sé fallar querido amigo vamos con todo”, asegura el candidato por la coalición PAN-Podemos.
En los mensajes que se cruzaron el 6 de abril, Rendón parece comenzar a perder la paciencia y le dice a Arzú que de no pagar tendrá que dedicarse a otros clientes que, afirma, “han cumplido sus plazos, —de pago— menos ustedes”. Arzú reitera que no le fallará.
Ya para el 19 de julio el presidenciable del PAN-Podemos intenta contactar a su “amigo” J. J. Rendón, y este le responde: “No tengo amigos que no tienen palabra”.
Un día después le propone un nuevo trabajo: levantar una inicial medición (se supone que de su posicionamiento político electoral), trabajar en su imagen social, política y personal para luego hacer otra medición, proyecto que Arzú promete pagar con sus propios recursos. Pero Rendón le responde que ya está trabajando en la demanda en su contra.
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