Moderator
Fecha de Ingreso: 09-June-2008
Mensajes: 50.527
Feedback Score: 483 reviews
|
Respuesta: Jimmy Morales: "Cada estudiante de la USAC sale carísimo"
Cita:
Iniciado por Prensa Libre
Lo verdaderamente carísimo
Jonathan Menkos Zeissig
La semana pasada, Jimmy Morales, expresó que la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) es “una universidad carísima”. Esta vez su superficialidad y limitada capacidad para tratar la realidad le valió que el Consejo Superior Universitario lo declarara non grato, a él y a Jafeth Cabrera, su vicepresidente y ex rector de la Usac.
Afortunadamente, lo asignado a esta casa de estudios está establecido en la Constitución de la República (Artículo 84), y no depende de la inteligencia y la razón de quien gobierne. Por otro lado, el mensaje de Morales alentó la discusión sobre el impacto de nuestra universidad en la vida social y política del país: los estudiantes y profesionales de la Usac son la fuerza impulsora del sector público, privado y social de Guatemala. La Usac por mucho es la mayor formadora de profesionales, quienes sin esta opción no tendrían la oportunidad de estudiar. Yo me cuento entre ellos.
Sobre su financiamiento público, toca reconocer que los recursos que llegan a la universidad, en su mayoría han sido aportados por personas que ni siquiera han aprendido a leer y a escribir y que seguramente pasan hambre muchas noches, porque en este país, el que menos tiene es el que más paga impuestos. Los que más tienen pagan pocos tributos, tienen privilegios fiscales y si de dar dinero se trata, prefieren darlo ilícitamente a los partidos políticos. Por aquellos que aportan a nuestra “U”, es que es valioso tener conciencia política. Se estudia y se trabaja para transformar la realidad y lograr avances que nos encaminen a la democracia política y económica.
Al revisar el Proyecto de Presupuesto para 2019, resulta que nuestra Usac contará con Q2,013.6 millones, con un incremento de 13.9% con respecto a 2018. Poco para todo lo que queda por hacer. Al continuar revisando dicho proyecto, se puede advertir los siete elementos realmente carísimos que contiene. Primero, al ministerio de la Defensa Nacional se le están asignando Q2,372.0 millones, 24% más de lo asignado en 2018. No cabe duda que Morales prefiere más soldados que estudiantes. Segundo, para la Seguridad presidencial y vicepresidencial, se están asignando Q178.6 millones. Tercero, para los cada vez más vergonzosos Servicios de política exterior, se asignan Q219.2 millones. Cuarto, para financiar los cada vez menos democráticos Servicios de Inteligencia Civil e Inteligencia Estratégica, se tienen Q122.0 millones. Quinto, en el ministerio de Economía, se asignarán Q3.3 millones para ayudar a empresas de maquila y zonas francas a que califiquen y sean exoneradas del pago de impuestos: dinero puesto por contribuyentes para que algunos accedan a privilegios fiscales. Sexto, el presupuesto del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda será de Q6,581.4 millones, con un incremento de 57%, con respecto a 2018. Una maña típica en un año electoral. Séptimo, el Congreso de la República contará con Q735.4 millones. Salvo algunos pocos diputados que trabajan por Guatemala, la gran mayoría continuará con estos fondos dando vida al Pacto de corruptos.
Pero lo más caro para cualquier nación es tener “dignatarios” y funcionarios que aprovechándose del poder público osan poner sus particulares intereses antes del bien común. Carísimo nos ha salido un sistema de gobierno impulsado por unos pocos para garantizar su riqueza e impunidad, que desoye la angustia cotidiana del que no tiene empleo, del que está enfermo o desnutrido, del que vive inseguro, del que migra forzosamente.
Carísimo para la democracia está siendo el sórdido gobierno de Morales.
[email protected]
|
Cita:
Iniciado por Prensa Libre
¿Quién nos está saliendo caro?
Marielos Monzón
Desde que el Gobierno difundió el video del allanamiento realizado por el MP y la Cicig a las instalaciones de la SAAS, se veía venir que el Consejo Nacional de Seguridad (CNS), integrado por el círculo más cercano del presidente, declararía a Iván Velásquez un peligro para la seguridad nacional.
Para los “estrategas” gubernamentales esa era una vía expedita y “legal” que les permitiría tomar decisiones respecto de la permanencia del funcionario internacional. Tenían incluso redactado un acuerdo gubernativo que debía ser firmado por todos los integrantes del gabinete. El informe del CNS estaba destinado a acompañar la decisión de la no renovación de la visa del comisionado colombiano, pero aprovechando su salida del país, se utilizó como fundamento para negarle la entrada.
Si dibujáramos una línea de tiempo, veríamos el adelanto de una acción que estaba prevista para cuando venciera el permiso migratorio del comisionado. En cambio, observamos una carta (3/9), calzada con la firma de una funcionaria de migración, en la que se ordenaba no dejar entrar al comisionado por “razones de orden y de seguridad pública”.
El guion sufrió una alteración en el tiempo y en las circunstancias, que resultó beneficiosa para las intenciones de Jimmy Morales y sus adláteres. Una cosa era sacar a Velásquez y otra, muy distinta, no dejarlo ingresar. La salida voluntaria del comisionado hizo que los efectos colaterales disminuyeran notablemente para el gobierno.
Hasta ahí todo parecía un escenario triunfal para el Pacto de Corruptos, al punto que se hicieron visibles a través de entrevistas en los medios, los maquiavélicos personajes que están detrás de las maniobras diplomáticas para tirar al traste la lucha contra la corrupción y deshacerse del “molesto” comisionado.
Sus declaraciones nos permitieron corroborar que fueron ellos quienes desarrollaron la estrategia de acercamiento con el secretario de Estado, Mike Pompeo, vía la embajadora de EE. UU. ante la ONU, Nikky Haley. También quedó claro que cuando el gobierno percibió que el respaldo de Washington al jefe de la Cicig presentaba una fisura, aprovechó para hacer el anuncio de la no renovación del mandato de la Comisión, aduciendo que la ONU no dio respuesta a las quejas del gobierno y, como quien dice, se dedicó a “entretener la nigua”.
Pero el triunfalismo marea y es mal consejero. Sintiéndose infalibles, Morales y su séquito empezaron a dar pasos en falso. El mandatario se peleó públicamente con la Usac, que tras el cambio de rector había adoptado una postura mesurada, y la puso en pie de guerra. Para evitar manifestaciones de rechazo como las de Xela, sacó al ejército a las calles y ordenó registrar incluso a bebés y niños que participaban en las fiestas de independencia, lo que generó masivo rechazo ciudadano; y, por si fuera poco, vía el embajador guatemalteco ante la ONU, desautorizó públicamente al secretario Pompeo (su “aliado”) con la propuesta de una Cicig “reformada”.
Pero el mayor balde de agua fría le cayó encima al gobierno la noche de este domingo 16/9, cuando la CC —en sentencia unánime— resolvió que el comisionado Velásquez puede entrar a territorio guatemalteco y que esa orden debe ser obedecida. Así las cosas, sus expertos constitucionalistas intentarán retorcer la sentencia y “reinterpretarla” y, cuando no vean otro camino, surgirá el argumento de que no reciben órdenes ilegales.
La CC resolvió. Ahora nos toca a la ciudadanía este 20 de septiembre respaldar la movilización de la Usac para dejarle claro a Jimmy que es él quien nos está saliendo muy caro.
@MarielosMonzon
|
|