Acuerdos de paz son una agenda pendiente de cumplir a 22 años de su firma
Para algunos, los acuerdos firmados han tenido algún avance, pero otros opinan que en los últimos años se retrocedieron décadas.
Por Francisco Mauricio Martínez
En el patio de la Paz del Palacio Nacional de la Cultura, se darán cita hoy, a las 17 horas, cerca de un centenar de funcionarios, diplomáticos y políticos, para conmemorar el 22 aniversario del Convenio de la Paz Firme y Duradera, firmado el 29 de diciembre de 1996.
“Se ha invitado al cuerpo diplomático, que por la época nunca asiste el cien por ciento; el Gabinete y organizaciones que velan por la paz y son afines a la Sepaz —Secretaría de la Paz—. La Conred —Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres— nos prohíbe tener más de 150 personas en el recinto, por lo que bastaría con que llegaran unas cien”, informó Lourdes Xitumul, secretaria de la Paz.
Así prevé la funcionaria que será el ambiente que se vivirá este sábado en el edificio de gobierno, donde el presidente Jimmy Morales dará a conocer un breve informe de sus logros en el cumplimiento de los acuerdos, los cuales, según la exsecretaria de la Paz y signataria del Convenio Raquel Zelaya, “son una agenda vigente que no puede faltar en los debates de los candidatos a la Presidencia y las alcaldías del próximo año”.
Luces y sombras
Zelaya considera que la agenda sustantiva de los acuerdos de paz continúa vigente, con sus “luces y sombras”, porque si se analiza, por ejemplo, el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, suscrito en México en 1995, los problemas “no están totalmente atendidos y resueltos, pero están vigentes en la agenda nacional”.
De acuerdo con Zelaya, el cese al fuego fue uno de los grandes logros del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, porque terminó la guerra que asoló, en su mayoría, a las áreas más desatendidas, lo cual se puede verificar hoy, porque continúan siendo las más pobres. “
Donde la guerra fue más cruenta continúa el rezago”, asegura.
Sin embargo, Zelaya cree que ese alto al fuegoha permitido que esas zonas vean ahora alguna luz, pues aunque siguen siendo pobres, al menos pueden pensar en tener un centro de salud o escuelas, porque durante el conflicto armado “esas áreas se encontraban minadas, y aunque hubiese fondos nadie aplicaba para llegar a construir”.
Según la exsecretaria de la Paz, ha sido difícil darles seguimiento con el mismo empuje a todos los acuerdos porque son muy complejos, y no solo abarcaron el cese al fuego y la incorporación de la insurgencia, sino que fueron “los primeros que se firmaron en el mundo que incluyeron otros temas que tocan aspectos estructurales”.
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Yo creo que no es a través de una secretaría de la Paz ni de comisiones de la paz con lo que se puede lograr el cumplimiento de estos acuerdos, sino que se debe tratar de que en los debates electorales del año entrante se vuelvan a debatir y se eleve el nivel de discusión y solución para los mismos”, dijo Zelaya.
Agregó: “
En síntesis, creo que los acuerdos le dieron un empujón al diseño de la sociedad, de la patria, que un día quisiéramos tener”.
Zelaya, que representó al Gobierno en la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, afirma que lo suscrito con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) en 1996 refleja las aspiraciones de los guatemaltecos.
Una paz política
El sociólogo y también firmante de la paz Gustavo Porras indica que lo más destacable de este suceso es que se logró la paz política que durante 36 años enfrentó al país, “aunque todavía queden rencores que envenenan un poco el ambiente”.
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No se ha logrado la paz global, que es la que se desea y que genera el crimen organizado, pero eso es otra cosa”, señala.
En cuanto al Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, firmado el 6 de mayo de 1996 en México, Porras recuerda que aunque no se hayan logrado en el tiempo justo, la carga tributaria al 12 por ciento ha crecido un tanto, “porque tampoco se requería que fuera demasiado”.
Porras no duda de que las condiciones socioeconómicas del país son mejores ahora. “
Siempre me cae leño cuando digo que los niveles de pobreza se han sobredimensionado; por ejemplo, que el 54 por ciento de la población, según la Encovi, no puede adquirir la canasta básica. Pero nadie va al Instituto Nacional de Estadística para que explique por qué hay tres millones 600 mil automóviles, más de un millón de motocicletas y 22 millones de líneas de celulares”, explica.
El sociólogo reitera que estas mejoras no son consecuencia de la aplicación de acuerdos específicos, sino de que se logró la paz política, la cual propició mayor desarrollo, sobre todo comunitario, porque durante el enfrentamiento armado, particularmente en el altiplano, los pobladores se quedaron prácticamente sin nada.
En este sentido, enfatiza Porras,
hay que realzar la generación de líderes populares que surgieron de ese proceso y permitieron la participación de las mujeres en espacios que antes no tenían.
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Esto elevó el protagonismo de las mujeres, particularmente indígenas, después de la firma de la paz. Y sin ninguna duda, hoy es impresionante el papel que ellas juegan en beneficio del país”, señaló.
Hay brechas
La actual secretaria de la Paz, Lourdes Xitumul, informó que a mediados del 2016 hicieron una evaluación de los acuerdos de paz y de los compromisos que cada uno de ellos representa. Los resultados se compilaron en la agenda política de la paz, que tiene una temporalidad del 2017 al 2026.
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Encontramos bastantes brechas en los acuerdos de Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, Derechos de Pueblos Indígenas y Fortalecimiento de la Sociedad Civil, pues basta ver la realidad que tenemos en cuanto a la situación que hay en el país”, comentó Xitumul.
De acuerdo con la funcionaria, la Sepaz tiene una agenda armonizada con la política del Gobierno central, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con el Plan Baktún, que es un esfuerzo que se hace para retomar la agenda política de los Acuerdos.
Xitumul también considera que los acuerdos de paz siguen siendo un plan de desarrollo vigente, por lo que en varios ministerios se está trabajando en los ejes de salud y educación, en donde se manejan transferencias monetarias para reducir la desnutrición.
Retrocedimos 30 años
Pablo Monsanto, quien suscribió la paz en 1996, en representación de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), opina que en el gobierno de Jimmy Morales se retrocedió lo que se había logrado avanzar desde 1986, cuando se abrió el actual proceso democrático.
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Los acuerdos de paz abrieron espacios para la democracia, pero estos han sido cerrados por el actual gobierno y estamos casi en la misma línea que abrió el conflicto armado —1960—; solo que en lugar de un militar, ahora tenemos a un civil”, dijo Monsanto.
Agregó que el poder que Morales le ha dado al Ejército representa un “retroceso enorme para la democracia”, porque el papel de la institución castrense es otro. “El espacio que tiene ahora impide el desarrollo de la democracia”, advirtió.
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El contenido de los Acuerdos pasó a la historia con un costo social muy alto. Ahora hay más pobres, lo cual demuestra que a Morales y sus aliados fácticos les vienen del norte”, critica Monsanto, quien sentencia que los militares son los que, en la historia de Guatemala, han derogado las constituciones políticas.
Polarización originó la guerra
Las contradicciones sociopolíticas y económica a raíz de la intervención armada de 1954, así como la polarización figuran dentro de las causas históricas que originaron el conflicto armado interno que estalló el 13 de noviembre de 1960.
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Los 12 acuerdos
El primero fue suscrito en 1991 y el último, en 1996.
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