La única opción de superarse es migrar, considera 1 de cada 4 encuestados
Analistas afirman de que resultado de estudio va acompañado de la realidad por la que atraviesa el país.
Por Sergio Morales Rodas
La Encuesta Libre que ProDatos elaboró para Prensa Libre y Guatevisión confirma lo que se ha expresado en diferentes ámbitos y por múltiples analistas del tema: cada vez son más los guatemaltecos que ven la migración como la única opción de sobrevivencia.
La migración ha cobrado relevancia en estos días y prácticamente desde que asumió Donald Trump la presidencia de EE. UU. se ha vuelto en un tema que tiene absoluta relación con Guatemala.
Y a pesar de lo difícil que se ha tornado la migración hoy en día con medidas cada vez más coercitivas tanto en EE. UU. como en México, el 23% de los guatemaltecos ven el salir del país la única alternativa de superación.
Si bien es cierto, el 77% de los entrevistados cree que sí se puede crecer y desarrollarse en Guatemala, preocupa que el 23% restante no ve alternativas en el país.
La Encuesta Libre revela que la intención de migrar es mayor entre quienes pertenecen al nivel socioeconómico popular, es decir, lo que tienen peores ingresos económicos, así como entre los guatemaltecos del área rural, las áreas desde donde se registra mayor pobreza y en donde los indicadores económicos confirman un descenso de la inversión.
Por si eso fuera poco,
casi el 50% de los encuestados reconoció que tiene por lo menos a un familiar cercano que reside en EE. UU., lo cual puede fomentar ese deseo de migrar, no solo por los deseos de superación económica, sino también el anhelo de reunirse con sus familiares.
El deterioro de las condiciones de vida va de la mano con que el 70% de los guatemaltecos cree que el país avanza por mal camino, y este detrimento de la calidad de vida se confirma con los indicadores económicos.
Por ejemplo, según estadísticas del Banco de Guatemala (Banguat) la inversión extranjera directa cayó al comparar al 2014 con el 2018, y pasó de US$1 mil 388.7 millones a US$1 mil 31.5 millones, una reducción de US$357.2 millones. La baja de inversión tanto privada como extranjera directa impacta claramente en la reducción de empleos.
Además, aunque el producto interno bruto (PIB) creció en ese lapso y pasó de Q454 mil millones a Q589 mil millones, se desaceleró. Así, mientras en el 2014 el crecimiento interanual se ubicó en 4.1%, en los años siguientes descendió gradualmente hasta alcanzar apenas el 3.1% al finalizar en el 2018.
Similar fenómeno ocurrió con la inversión privada, ya que, aunque el monto neto de quetzales subió de Q454 millones en el 2014 a Q589 millones en 2018, el porcentaje de esta en relación con el PIB disminuyó de 12.1% a 10.8%.
A la reducción de la inversión privada se suma la disminución de la inversión pública que se refleja en la construcción de carreteras, escuelas, hospitales, centros de salud y el resto de los servicios públicos. Según el Banguat, esta cayó Q1 mil 62.8 millones del 2014 al 2018.
Por si los anteriores números no fueran suficientemente desalentadores, el encarecimiento de los productos, también desde el 2014, según información oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), golpea la economía de los guatemaltecos.
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No hay garantía de prosperidad
Muñoz, quien ha hecho estudios en las áreas rurales del país, consideró que
la cifra de uno de cada cuatro “se queda corta en cuanto a la realidad de las aldeas y comunidades lejanas donde la única esperanza es la migración”, y aunque el 77% cree que sí se puede prosperar en el país, la realidad es que estos tampoco tienen la garantía de que conseguirla.
La analista añadió que para desincentivar la migración falta no solo empleo, sino también mejorar la seguridad y facilitar el acceso a la educación, así como garantizar la seguridad alimentaria y minimizar los impactos del cambio climático.
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Las mujeres y niños están dispuestos a sufrir cualquier violación de sus derechos con tal de llegar a una a EE. UU., a veces se trata no solo de la esperanza de una mejor vida, sino de vivir”, expuso.