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Siempre es lo mismo, hacen las cosas sin pensar y, con suerte, al año de ver que no funcionan ya están pensando qué putas hacer para corregir, con el agravante de que a menudo el remedio es peor que la enfermedad.
Lo de impulsar todas las obras al final del período es otro clásico en Guatemala, en período electoral (como de facto estamos ya) todo son obras e inauguraciones, cortar cintas, besar niños y repartir sonrisas a ver si con suerte los votos les favorecen otros cuatro años más. Puras fallas.
Ah, de todos modos no te preocupes, con la calidad de materiales que utiliza la muni y con el profesionalismo de sus trabajadores, para el final del invierno ya ni se verán esas líneas.
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